sábado, octubre 28, 2006

El DVD a mil… de esta semana.


El español Alex de la Iglesia es más bien un director de culto fuera de sus fronteras, no tan conocido como Almodovar o Amenábar. Recién con “Crimen Ferpecto” mucho se enteraron de su existencia y tal vez por esa misma falta de masividad es necesario esforzarse un poco para estar al tanto de sus estrenos.

Luego de aquella notable comedia, De la Iglesia vuelve a la pantalla inmerso en un proyecto inédito en la TV Española. Se trata de “Películas para no dormir”, una serie de 6 películas que fueron encargadas a 6 directores distintos y que fueron exhibidas durante el 2006 por televisión abierta.

El aporte de Alex de la iglesia fue : “La habitación del niño”, una película que trata sobre un matrimonio con un niño recien nacido, con quien llegan a vivir a una vieja casa que acaban de comprar. Todo marcha bien, hasta que reciben de regalo un “escuchador” para bebes, a través del cual no solo escucharán el llanto del bebe… si no también la presencia de otro ser en la habitación.


No cabe agregar más detalles… la película tiene un desenlace vertiginoso y De la Iglesia se las arregla para mostrarnos en sólo 77 minutos una trama con ingredientes de suspenso, terror y las pizcas de gore y humor negro a la que nos ha acostumbrado en filmes ya clásicos como "El dia de la bestia", “La comunidado Perdita Durango”.


El director recurre a uno de los temores más recurrentes del insconciente colectivo y a pesar de eso, no cae en cliches, ni tampoco en sentimentalismos desmedidos. Trata sobre la inseguridad, la de nuestras casas, la de nuestras vidas y en definitiva del miedo… el miedo a lo desconocido, la paranoia, las obsesiones, el miedo a sentir miedo y las consecuencias de esto.
Sin duda el DVD que debes buscar en tu vereda amiga…

Más en : http://www.alexdelaiglesia.com

lunes, octubre 16, 2006

Chile, país de eufemismos…

En ocasiones llega a ser desesperante…
Nos llenamos de eufemismos para referimos a los barrios dificiles, la pobreza, gays, lesbianas, ancianos, invalidos, ciegos, muertos, prostitutas y en especial en Chile, para hablar de temas delicados, como la dictadura.

Sobre esto último, parece ser que el miedo nos ha hecho llegar a tales cuidados, que incluso ahora, a 18 años del plebiscito, muchos no son capaces de decir “dictadura” en el almacen, o “golpe de estado” en el trabajo. La derecha acuñó términos célebres como “pronunciamiento militar”, y mientras algunos lo veían como un “golpe”, otros lo consideraban “la segunda independencia”… megalómana frase con que Pinochet definió su gracia.

Tal vez son muchas las verdades que nos cuesta decir. La dictadura nos tenía la boca cerrada y en vez de celebrar su fin escupiendo verdades, la democracia se ha convertido en la cuna del eufemismo, donde todos debemos “avanzar en armonía”. Pero lamentablemente lo politicamente correcto traspasó los límites de la política y se instaló en lo cotidiano.

Pasa en todos lados… Estados Unidos ha plagado de eufemismos sus invasiones. “Daños colaterales” le llaman a la muerte de civiles; “métodos de persuasión” a la tortura; y el mas irrisorio : “fuego amigo” que define la muerte de aliados, o de sus propios soldados en maniobras fallidas.

Las prostitutas son “mujeres de vida facil”, un hombre de color : un negro (ese es bastante racista), los economistas hablan de “crecimiento negativo” (que además es contradictorio) y en las empresas no te despiden : te desvinculan.

Los eufemismos siempre han existido en el lenguaje, pero llama la atención que en Chile tenga tantos adeptos, al punto de convertirse en un vicio. Lo hemos hecho la principal herramienta de nuestro doble estándar. Hace poco escuché uno para el bronce : “chilenos en situación de calle” para referirse a los indigentes. Cursi y ridículo.

A mi abuelo le gustaba que hablaran de “la tercera edad” y no de viejos… bien con él. Pero voy a andar por la vida usando 2 o 3 palabras demás, cuando puedo decir una ???
nunca tan mamón… me canso.

martes, octubre 10, 2006

MUNDOS PARALELOS...

Hace poco me tope con una muchacha que no sabía quien era Lucybell. Le parecía haberlos escuchado nombrar por ahí pero no sabia que se trataba de una banda chilena, ni tampoco sabia de discos y singles que han sonado con insistencia durante años en casi todas las radios del país, incluso las “románticas”.

Suena extraño, una rareza… pero si nos detenemos a pensar en las distintas “realidades” que cohabitan en una misma sociedad, la idea no debería sonar tan descabellada.

Recuerdo conversaciones de almuerzo en mi casa, donde mientras mi viejo comentaba haber escuchado en su tiempo a los Inti illimani y haber bailado en peñas con “La batea” de los Quilapayun; mi vieja replicaba que ella no tenía idea de esos grupos y que sólo escuchaba a Los Ramblers, la nueva ola y en especial a Gloria Benavides… su favorita.

Pero Vidrios Quebrados, Beat4, Los Blops o desde afuera, nombrar a The Kinks, The Who o incluso Rolling Stones… nada, ninguno era tan “avanzado” en la materia, tampoco tios ni tias.

En todo caso, no era la primera vez que me topaba con alguien como esa chica. Recuerdo a un cubano que no tenía idea quien era Silvio Rodriguez… insólito.

Parece ser que mucha gente habita mundos que si bien parecen estar asentados en circuitos populares, la misma uniformidad de lo “masivo” hace que sean reductos muy limitados. Es así como una chica que crece escuchando ídolos románticos de día y bailando reggeaton de noche, puede llegar a los 30 sin saber de la existencia de muchas otras tendencias o estilos. Cero interés. Para muchos escuchar música es sólo una “entretención”, como lo es ver tele… pero con la diferencia que no sufren la impulsividad de hacer zapping.

El tiempo vuela...

Más de un año sin escribir ??
sabía que pasaría, que lo dejaría botado al poco tiempo,
lo que no sabía era por cuanto tiempo.

Bien, veamos cuanto dura este nuevo mini entusiasmo...