jueves, agosto 25, 2005

No siempre en la variedad está el gusto...

Este es un artículo que escribí hace un tiempo para el sitio www.lacalaca.com.ar, aquí va íntegro :

“Punk is not dead” leí en muchos muros mientras caminaba a casa desde el colegio. Esta clásica frase mas que una declaración era el grito de una tribu que defendía su estilo, sus códigos, su impronta y riffs cargados de fuerza. Era escrito por muchachos que de esa forma respondían a los metaleros del colegio que solían despreciar al punk por su simpleza y falta de técnica.
Corrían los 80´s y en Chile debió pasar algo similar a otros países latinoamericanos, mientras el punk se nutria con bandas como La polla record, The Cure, Ramones y Sex Pistols, los metaleros rendían tributo a un ícono de esos años : Metallica, que con su rock duro se erguía como emblema y precursor del heavy metal, mientras en nuestras tierras el metal se restringía a circuitos alternativos, sobretodo en Chile, a causa de la dictadura que imperaba en esos años.

En la vereda del pop, muchachos que soñaban con armar grupos como New kids on the block o Magneto, pretendían conquistar chicas que escuchaban y se vestían como Cindy Lauper o Debbie Gibson y cantaban con los cancioneros de Luis Miguel o Pablito Ruiz. En tanto, el pop electrónico de Duran Duran invadía las discos de raros peinados y chaquetas bicolores, la new wave se hacia presente en bandas como Soda Stereo o Virus, y el creciente movimiento hip-hop llenaba las calles de graffitis, rap y break dance.

Cada estilo tenia su séquito y cada tribu tenía sus códigos, en muchos casos rígidos e inalterables, el rap, el metal, el punk y el pop estaban separados por una línea invisible que no debía cruzarse.

Pero los tiempos cambiaron... Metallica mutó a un rock menos duro o quizás el corte de pelo les hizo perder – cual Sansón - la crudeza de antaño. El Rap se masificó e infectó estilos anteriormente tan distantes como el metal y la electrónica. El punk de bandas como Offspring filtró un punk más digerible y radial, que ahora podía ser escuchado por chicas en la playa o chicos en skate, desembocando con los años en bandas tan desechables como blink182. El Metal de la mano de Korn trajo consigo la invasión del aggro metal, que mezcla de hardcore y rap reventó el dial desde la segunda mitad del 90 hasta ahora, con estertores de bandas como Slipknot o Limp Bizkit.

El pop por su parte, asimiló la dureza del rock y el punk, y engendró chicas seudo-duras como April Lavigne o Pink, y hasta el elitista sónido gótico fue mancillado por el pop-aggro-gotico de Evanescence.

El purismo muchas veces es dañino cuando se vuelve obcecado, cerrado y sordo, tal vez hubo extremos en las primeras tribus al pretender que sus audífonos llevaban la verdad absoluta. Pero tampoco es justo asimilar tan fácilmente los híbridos que el mercado nos ha ofrecido últimamente, quizás MTV sea uno de los culpables ó los grandes sellos que están siempre en busca de algo "novedoso", por descabellado que esto sea.

En nuestro continente la música de raíz ha sido fuerte y ha logrado ser un hilo conductor de nuestra realidad musical latinoamericana. Esto ha quedado plasmado en artistas y bandas tan disímiles como Fabulosos Cadillacs, Pedro Aznar, Los Tres, Weichafe, Mecánica Popular, Los Bunkers, Todos tus muertos, Catupecu Machu y tantas otras que han mantenido un fuerte arraigo en las raíces y a la vez han asimilado como suyos los sonidos del viejo continente.

A pesar de esto, también nuestra música se ha contagiado en otros frentes con la mezcla de estilos a la que hacía referencia anteriormente. En Chile bandas como Los Mox y Tronic se han nutrido de ese punk-pop adolescente que hace fruncir el ceño a bandas legendarias como Fiskales Ad-hok, 8 bolas o BBs paranoicos. Dracma, Rekiem y 2X son fieles exponentes del ya en retirada aggro metal, en tanto que Cabezones brilla entre los exponentes argentinos.

Muchas veces resulta forzado clasificar a las bandas en estilos y corrientes, y se debe reconocer que la experimentación y la fusión de estilos es lo que nutre a la música de nuevos sonidos y nuevas formas de reinventarse, pero no todos los experimentos llegan a buen puerto, ni todas las cruzas dan a luz crías saludables.

A veces es bueno volver a reinventar esos viejos buenos tiempos, donde los colores se distinguían mas claramente, donde era fácil separar el trigo de la paja, y recordar que no todo lo que brilla es rock y que sólo en la “buena” variedad... está el buen gusto.

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